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La política de Biden y su impacto en la Argentina

Análisis especial para el Diario La Capital

La Bolsa de Nueva York recibió al nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con niveles récords de cotizaciones. Despegaron los indicadores industriales y tecnológicos. El dólar empezó a ceder ante un conjunto de monedas porque los inversores estiman que hay chances para trasladarse hacia activos de mayor riesgo, al conocer la intención del nuevo mandatario de impulsar un conjunto de medidas de estímulo para atender la emergencia sanitaria y económica provocada por el coronavirus.

“A la bolsa de Estados Unidos todo presidente le viene bien. Alcanzó récord con (Barack) Obama, con (Donald) Trump subió más de 50% y el primer día sube con (Joe) Biden. Se nota que los que mandan no son ellos”, dijo Guillermo Oglietti, sub director del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) y doctor en Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona UAB, para relativizar estos impulsos que suele mostrar Wall Street por momentos tan espasmódicos como inexplicables.PUBLICIDAD

Aún así, lo que sucede en la gran potencia mundial es un imán que atrae todas las miradas y desde la Argentina se observa con atención cuáles serán los lineamientos del plan económico de Biden para medir el impacto que puede tener en la economía doméstica. Aunque a priori no se observan fuertes golpes de timón en la política internacional, el multilateralismo por un lado y una posición firme en la disputa con China parecen ser los puntales más claros de la gestión del nuevo presidente norteamericano.

“Por el momento no se avizora un cambio sustancial en la política exterior, que es lo que más nos debe importar a nosotros”, reflexionó Esteban Guida, licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Rosario y presidente de Fundación Pueblos del Sur.

Consultados por LA CAPITAL, Oglietti y Guida, analizan los desafíos que se presentan para la Argentina frente al gobierno de Biden y el impacto de sus políticas en la economía local.

Esteban Guida

Presidente de Fundación Pueblos del Sur

En cuanto a la política interna, se observan cambios en varios aspectos; ya se está aplicando una batería de políticas sanitarias de importante magnitud, y se han anunciado medidas sociales y de apoyo a los sectores de ingresos bajos. Está por verse el alcance de este programa expansivo, en vista del gran costo fiscal que presentan.

Pero por el momento no se avizora un cambio sustancial en la política exterior, que es lo que más nos debe importar a nosotros. La posición frente a China de enfrentamiento comercial, parece que no va a cambiar. Por su parte, las medidas proteccionistas que aplicó Trump en apoyo al sector privado norteamericano (y en especial a la industria) tampoco están siendo revocadas; esto es lógico, habida cuenta de que lograron reducir el desempleo drásticamente, por lo menos hasta la llegada de la pandemia.

Esto indica, en principio, que la gestión de Biden no deshará todas las decisiones de Trump; resulta que la economía norteamericana tiene serios problemas de productividad generados por el modelo demócrata, lo que de hecho posibilitó la llegada de los republicanos al poder.

Hasta el momento no se publicó una agenda para nuestra región, mucho menos para la Argentina. Nuestros gobiernos dejaron pasar (por ningún beneficio para los argentinos) la gran oportunidad que había generado Trump con su modelo proteccionista; eso nos hubiera permitido generar empleo privado y recomponer (aunque sea incipientemente) el aparato productivo local.

Con Biden en el poder, eso seguramente será más difícil, ya que la nueva gestión impulsa el multilateralismo, en línea con el interés de la oligarquía financiera internacional, que a nuestro país siempre le trajo más costos que beneficios, en términos de la justicia social que pretendemos.

La situación de los Estados Unidos es muy delicada; el margen que tuvo en otras épocas para expandir el gasto y financiarse con el resto del mundo, está mucho más acotada, entre otras cosas por el auge de otras monedas y el vuelco generado hacia el oro y las commodities. Las chances que encuentre la Argentina en medio de la política norteamericana, resulte esta fallida o exitosa, estará siempre en la capacidad que tengamos de desarrollar la economía real, en integración productiva con los mercados de la región, así como también en capacidad de administrar nuestros propios recursos en términos del interés nacional.

Guillermo Oglietti

Subdirector del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag)

Aún es un poco pronto para hacer un análisis definitivo, hay más dudas que certezas. Pero claramente Biden empezará un programa expansivo, para aliviar y recuperar. Así lo interpreta la Bolsa que subió bastante, aunque hay que decir que a la Bolsa de Estados Unidos todo presidente le viene bien ya que alcanzó récords con Obama, con Trump subió más de 50% y el primer día de Biden, subió, lo cual demuestra que los que mandan no son ellos.

De todos modos, las dudas aparecen sobre cuál será el tono proteccionista de Biden. Si tuviera que arriesgar, diría que continuará el sendero de Trump. Así, el paquete de estímulo es muy grande y beneficiará a la Argentina indirectamente porque no le vendemos prácticamente nada a Estados Unidos, de modo que los beneficios por el canal comercial podrán venir vía nuestras ventas a países que no le vendan a EEUU. Ahí es donde juega la importancia del tono proteccionista de Biden. Si continúa su disputa con China, como considero, los efectos expansivos sobre el resto del mundo no serán tan grandes como podría si fuese un demócrata de pura cepa liberal, es decir, librecambista.

De todos modos, EEUU es grande y puede haber un impulso importante en 2021 sobre todo si financia el nuevo gasto con impuestos progresivos. Si, en cambio, toma más deuda, la situación puede ser un poco diferente y podríamos tener aumentos de tasas de interés, aunque no lo creo.

El dato de que dará impulsos a pymes y a los bolsillos de la gente sugiere que va a reforzar el mercado interno. Su gran desafío es evitar que un “trumpismo” que supo cosechar entre los más desafortunados, lo siga haciendo. Esto es, a priori va a contar con mucho apoyo del sector industrial y del progresismo culto y rico norteamericano, pero deberá capturar las voluntades políticas y pacificarlas del denominado “cinturón de óxido” o Rust Belt, (el conjunto de estados que concentran el área industrial del país, ndr) personas con menores niveles de educación, que están en los estados del centro y que están nutriendo a la derecha más extrema que ellos consideran una amenaza. Capturar estas voluntades es importante y para hacerlo tendrá que implementar políticas más progresivas, para dirigir impulsos a las pequeñas y medianas empresas en esos lugares, reforzar sus bolsillos, etc.

Considero que por ahí va a venir parte de la política fuerte y ese tipo de medidas son muy mercado internistas, de modo que creo que va a continuar con la línea proteccionista de Trump.



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